Aprender a través de los sentidos
Los juegos de estimulación sensorial son un conjunto de actividades lúdicas que fortalecen y amplían las conexiones neuronales de los niños/as, lo que produce un mayor desarrollo de sus capacidades cognitivas y psicomotrices. Esta tiene que ver con todas las actividades prácticas que invitan a los niños a explorar el entorno a través del tacto, la vista, el olfato, el oído y el gusto, así como también a incentivar el movimiento y equilibrio de su cuerpo. Es la manera más fácil de que tu bebé conozca el mundo que lo rodea. En esta nota, veremos cómo la estimulación sensorial impacta en nuestros pequeños, cuando es el momento para comenzar a potenciar, y sus beneficios.
Juegos de estimulación sensorial
Los juegos de estimulación sensorial son herramientas poderosas para apoyar este desarrollo. Estos pueden ser tan simples como interactuar con objetos de colores brillantes o texturas interesantes. La clave está en permitir que los niños exploren y descubran el mundo a través de experiencias sensoriales directas, lo que también contribuye a habilidades lingüísticas y matemáticas más avanzadas.
No importa si no tienes el último juguete de moda o el accesorio perfecto, solo basta con que tengas a mano algún objeto de colores brillantes o con alguna textura interesante que llame su atención. Esta forma lúdica de aproximarse al mundo, les permite explorar diferentes texturas, sonidos, vistas, olores y sabores, lo que les ayuda a conocer aquello que los rodea. Al mismo tiempo, mientras exploran el entorno, su cerebro crece y aumentan sus conexiones neuronales, lo que les ayuda a mejorar la forma en que procesan la información.
A medida que tus hijos van creciendo, las actividades de estimulación e integración sensorial también deben evolucionar. Esto incluye juegos más complejos que desafían y desarrollan la resolución de problemas, el pensamiento abstracto y la coordinación motriz.
¿Cuándo es el mejor momento para comenzar con mi hijo?
Normalmente tenemos la creencia de que ciertas actividades o juegos requieren de una determinada edad para poder llevarlas a cabo. En el caso de los juegos sensoriales, nunca es demasiado temprano o tarde para empezar con la estimulación sensorial. Los bebés comienzan a absorber información desde el entorno tan pronto como nacen. Sin embargo, hay que ir de a poco: demasiados incentivos pueden ser un poco abrumadores o angustiantes para niños pequeños.
Para empezar, una buena idea es tener un móvil en la cuna del bebé, para que observe mientras se está quedando dormido. Otra alternativa es darle un rico tuto que pueda acariciar y oler. Más adelante, alrededor del tercer o cuarto mes de vida, o cuando haya desarrollado su coordinación ojo-mano y sus músculos, intenta pasarle algún juguete u objeto blando para que lo toque o incluso se lo lleve a la boca.
A medida que tu guagua comience a crecer, empieza a probar actividades prácticas, dejando que establezca su propio ritmo. Algunos niños se concentrarán en explorar nuevas sensaciones, a través del olfato o el oído. Otros más osados querrán empezar a tocar y chupar todo lo que encuentren a su alcance. Dale la libertad de explorar, ensuciarse y jugar. Esto le ayudará a desarrollar un sentido natural de curiosidad y la persistencia, dos habilidades muy importantes para la vida en sociedad.
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Beneficios del juego sensorial
La importancia de la estimulación sensorial radica en su capacidad para mejorar la forma en que los niños procesan la información desde una edad temprana. Estas actividades traen consigo múltiples beneficios, tales como:
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Estimula a construir conexiones nerviosas en el cerebro: Se crean más vías neuronales, lo que ayuda a mejorar la forma en que procesan la información.
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Apoya el desarrollo de las habilidades lingüísticas: Cuando los niños juegan, es muy frecuente que hablen o se expresen sobre lo que están haciendo, creen diálogos para un juego de roles imaginario o manifiesten sus emociones a través de la risa y el sonido. Esto impacta directamente en sus habilidades de comunicación y el desarrollo del vocabulario.
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Mejora la coordinación y la motricidad fina/gruesa: Saltar, correr, lanzar y manipular objetos pequeños puede ayudar a los niños a fortalecer sus músculos y mejorar la coordinación mano-ojo.
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Mejora las habilidades sociales: Además de crear mundos imaginarios, los niños aprenden muchas habilidades sociales compartiendo, turnándose y escuchando a los demás.
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