Educar sin gritos
El cansancio crónico, la falta de sueño, el estrés, las preocupaciones y los conflictos propios del día a día hacen que la crianza de los niños sea cada vez más difícil y con menos paciencia. Y aunque los gritos a veces pueden parecer efectivos, no sirven para enseñar, y a la larga nos terminan alejando de nuestros hijos.
Todos sabemos que el ritmo de vida acelerado que llevamos hoy en día no está ayudando mucho a las familias. Estamos más preocupados por cumplir, que de disfrutar el momento presente, desaprovechando una infinidad de oportunidades con nuestros hij@s.
Y aunque todos sabemos que en la educación de los niñ@s no existe una fórmula mágica que sirva para todos por igual, alzar la voz no es la única solución para que te escuchen. Sin embargo, no perder la paciencia para educar sin gritar no es fácil ni siquiera en la teoría. Aquí te dejamos algunos consejos que te pueden servir:
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Cada familia es única, y cada niñ@ también lo es:
Lo que sirve para uno en alguna etapa, puede que no sirva para otro. Sin embargo, con afecto, paciencia, dedicación, comunicación, respeto y sobre todo constancia este largo camino se puede hacer un poco más llevadero. Los padres tenemos que aprender a reflexionar, a detectar errores, a modificar pautas y a conocer a cada uno de nuestros hij@s que además, se encuentran en permanente cambio, por eso no sirve una sola estrategia, sino muchas herramientas.
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Empatiza con tus hij@s:
Trata de generar una conexión que los ayude a entrar en una especie de “sintonía” para corregir o redirigir alguna conducta que quieras cambiar o eliminar. Aunque los gritos puedan alertar a los niñ@s, también los pone en “modo defensa”. El problema de ello, es que después de una interacción negativa, los niños quedan sin disposición a aprender, a reflexionar, o a pensar en las consecuencias de sus actos.
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Refuerzo positivo:
Hoy en día no se nos escapa decirles a nuestros hij@s todas las cosas que hacen mal, pasando por alto muchas de las que hacen bien.
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No olvidar decirles cuánto los queremos:
Producto de la vida acelerada que estamos viviendo, en donde hay más órdenes que tienen que cumplirse, que momentos que disfrutar, es importante recordarle a nuestros hij@s cuánto los queremos y lo especial que son para nosotros.
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Dedícales un momento especial:
Una de las cosas más importantes para el desarrollo sano de un niño es pasar tiempo con sus padres. Dales un tiempo especial cuando puedas. Sin teléfonos, sin hermanos, sin distracciones.
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Tómate tu tiempo:
Tomarse un tiempo para respirar, contar o dar una vuelta a la manzana les dará tiempo para pensar y así retomar de mejor manera las riendas de la situación y gestionar el conflicto como quieras. Respira hondo y date cuenta que no estás sol@ en esto.
Está claro que la paternidad y la maternidad están llenas de situaciones complicadas que con frecuencia agotan y desesperan a los padres. Sin embargo, es importante convertir esa frustración en una oportunidad para aprender a ver que de los conflictos también se pueden rescatar cosas positivas. Y tú, ¿cómo lo haces con tus hij@s?
